Las personas con síndrome X Frágil, por su parte, reciben apoyo individualizado para mejorar su autonomía personal (alimentación, el autocuidado, manejar el teléfono, coger un autobús, comprar el pan, etc.) y su autodeterminación, entendida como la capacidad de controlar, afrontar y tomar, por propia iniciativa, decisiones personales acerca de cómo vivir de acuerdo con las normas y preferencias propias.
Asimismo, nos coordinamos con los recursos comunitarios del entorno, tales como servicios de empleo, bibliotecas y centros deportivos o de ocio.